miércoles, 25 de febrero de 2009

IMAGINACIÓN + NECESIDAD = MANJAR CULINARIO

El Guo-li-Zhuang, es un restaurante de lujo situado en las profundidades de un hutong de Beijing, cuya especialidad es el pene de foca canadiense. Es carísimo, su precio,es 300 euros.
No me pregunteis de donde lo sacan.
Elegancia y excentricidad, van unidas de la mano.
La singular oferta de este establecimiento no se queda ahí. Un vistazo a la carta nos permite ver una extensa lista de “delicias” que va desde testículos de caballo hasta perineo de toro. Lo más raro que he visto en mi vida.

Lo insólito no acaba ahí. Si te sientas a la mesa de un hotel de 5 estrellas en Méjico DF, no te sorprendas si el gourmet te ofrece un plato variado de insectos. Y es que los escamoles (huevos de hormiga roja), por ejemplo, se consideran un manjar a la altura del caviar. Para bolsillos más comunes, en Omepetec, estado de Guerrero, puedes degustar chicatanas (hormigas voladoras) al limón. Siempre puedes desempachar tomando un chupito de licor de lagarto.

Para gustos asiáticos, en Camboya podemos degustar tarántula frita y un buen steak de serpiente, cuya ingestión se asocia con el incremento de la potencia sexual masculina. Yo lo probé en Phom Phem, y mentiría si no dijera que estaba mirando a otra parte. Pero desde luego lo más salvaje que vi, fue el mercado de los animales de Cantón. Allí, todo lo que vuela a la cazuela y todo lo que se mueve se digiere.
En Indonesia llama la atención un plato combinado de arroz con pimientos rojos y libélulas saladas y fritas en aceite de coco. Si te lo comes, sales volando.
En Tailandia es habitual saltear el arroz con termitas. Total, la tienda está cerrada y hay tantas....
En Japón, la larva acuática se hierve y se acompaña de salsa de soja. Se aconseja proteger tu estómago con almax...y un traje de buzo.

Saltando al continente africano, en Botswana, me han dicho que es un país donde el cultivo de gusanos mopane (llamados así porque se alimentan de un árbol con ese nombre) destinados al consumo, es toda una tradición. Estos insectos se comen secos y se dice de ellos que tienen más proteínas que la carne de res. Naturalmente voy a tener ocasión de probar eso, si sobrevivo al Kalahari.

Para terminar, si te vas a las Antípodas, Australia te ofrece algo más convencional como es la carne de canguro, considerada una de las exquisiteces de entre las carnes de caza.
Y si te gusta empaparte hasta el tuétano de las tradiciones más primitivas, siempre puedes seguir la costumbre de los aborígenes y probar las larvas de mariposa nocturna, un ágape que ellos mismos recolectan escarbando bajo los arbustos del desierto. Cruzar todo el Outback para acabar comiendo larvas, es una penitencia que no deseo a nadie.

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